La rutina diaria y todas nuestras obligaciones pueden provocar que demoremos visitas tan importantes como la limpieza dental realizada periódicamente en la consulta del odontólogo.

Ésta es, más que un hábito saludable, una necesidad a la hora de mantener la salud dental en un estado óptimo. Aun cuando se practica una buena higiene bucal, es casi inevitable la acumulación de placa bacteriana y sarro en la línea de la encía o el cuello de los dientes.

De hecho, la limpieza dental es la mejor manera de prevenir la aparición de la enfermedad periodontal (gingivitis y periodontitis) y, como consecuencia, evitar la pérdida de dientes por esta causa. Además, la limpieza dental permite también eliminar las manchas de los dientes causadas por el tabaco, el café, etc.

La frecuencia con que debe realizarse una limpieza dental varía en cada persona y de sus hábitos de higiene bucal.

Las personas con enfermedad periodontal podrían requerirla incluso cada mes y necesitarían la práctica de un curetaje para eliminar el sarro y la placa bacteriana acumulados por debajo de la línea de la encía.

Lo más importante es que después de una limpieza dental la higiene bucal es más sencilla y eficaz, al facilitar la limpieza en aquellos rincones que antes estaban obstruidos por el sarro.

Ciertos alimentos y bebidas pueden dejar manchas en los dientes, como el té, el café y el vino tinto. El tabaco también es una causa importante en la aparición de manchas.

La palabra profilaxis procede del griego. En realidad proviene de la palabra “prophylaxis” que se traduce con la palabra prevención. Esta palabra está formada por un prefijo “pro”, que hace referencia al tiempo (antes), y la palabra “phylax”, que significa guardián. El sufijo “sis” hará referencia únicamente a la acción.

Utilizamos el término profilaxis cuando queremos referirnos a las acciones que hay que llevar a cabo para prevenir enfermedades o, simplemente, para llevar un control de las encías, si hablamos de odontología.

La medicina profiláctica hace referencia al tipo de medicina que se ocupa de prevenir enfermedades u otros problemas. En este caso, no se trata de medicar una enfermedad ya presente. En definitiva, medicina profiláctica es medicina preventiva y el cuidado de la salud dental, es importante en la prevención de enfermedades locales y sistémicas. 

Los especialistas tratan de ofrecer consejo, inculcar rutinas beneficiosas para la salud de su paciente y, de esta manera, no llegar a tener que tratar enfermedades ya existentes.

 

Limpieza dental, Siempre en manos de expertos

Acudir al odontólogo es fundamental, ya que si la limpieza no la realiza un experto de forma profesional puede acarrear serios problemas de salud bucodental. El proceso de profilaxis dental dura alrededor de media hora (variable según el caso concreto) y para realizarlo, el odontólogo se ayudará de distintos instrumentos para limpiar las encías, eliminar la placa bacteriana y el sarro, así como para pulir los dientes. Este proceso es indoloro aunque algunos pacientes pueden notar ciertas molestias o sensibilidad en los días posteriores.

Cuida tu boca y protegerás tu corazón

En los últimos años diversos estudios han analizado la relación existente entre las infecciones bucales y las enfermedades cardiovasculares, ya que la boca puede ser portadora de bacterias que pueden pasar a la sangre y afectar a otros órganos, como el corazón.

Por tanto, no basta con una buena higiene bucal diaria sino que es necesario una visita anual al dentista con el fin de eliminar las bacterias. A aquellos pacientes con enfermedades cardiovasculares se les recomienda acudir al odontólogo cada seis meses para controlar la inflamación de las encías y las caries.

El odontólogo te ayuda

Aprovecha la cita para la limpieza dental para pedir consejo a tu odontólogo sobre la mejor forma de cuidar tus dientes. Él te orientará sobre qué cepillo, pasta y colutorio elegir, así como de la correcta higiene diaria que debes mantener para tener una boca sana.