La retracción gingival deja las encías desprotegidas, algo muy peligroso para nuestra salud bucodental.

¿Cómo conseguimos regenerar las encías retraídas?

La retracción gingival consiste en la pérdida de encía, que provoca que parte de la raíz queda al descubierto. Esto provoca que, al sonreír, el paciente muestre más superficie dental de lo normal. La retracción de las encías altera gravemente la estética y la funcionalidad de la sonrisa. Además de enseñar más diente, tendremos los dientes más sensibles ante estímulos como los alimentos muy fríos y muy calientes.

La retracción de las encías se produce por diversas causas:

  • Cepillado dental agresivo. Al ejercer demasiada presión con el cepillo, dañamos el esmalte y el tejido gingival.
  • Acumulación de placa bacteriana. La acumulación de bacterias entre dientes y encías es otra de las principales causas de las enfermedades periodontales, que pueden provocar la retracción de las encías.
  • Bruxismo. El hábito inconsciente de apretar y rechinar los dientes puede provocar la pérdida del tejido de la encía.
  • Piercings orales. Se trata de una moda especialmente popular entre los jóvenes pero puede conllevar muchas complicaciones a nivel bucodental. Una de ellas es la recesión gingival, además de infecciones en la boca.
  • Golpes y traumatismos.

Cómo regenerar la encía retraída

Existen diversas opciones para restaurar el tejido gingival perdido y recuperar una sonrisa estética y funcional, pero el tratamiento más recomendado es el injerto de encías. Consiste en realizar una microcirugía, que resulta mínimamente invasiva para la sonrisa y es muy sencilla. Se toma un poco de tejido gingival del propio paciente y se coloca en la zona donde el diente no tiene protección. El injerto de encía soluciona, A nivel estético, una imagen natural y bonita de la sonrisa. A nivel funcional, se cubre la raíz del diente se protege la encía sobre biofilm oral, restos de comidas, bacterias… Esto es clave para prevenir el desarrollo de complicaciones como la caries o las enfermedades periodontales.

Una alternativa al injerto es el estiramiento de las encías. Si la encía lo permite, se aprovecha parte del tejido para estirarlo y cubrir la raíz expuesta del diente. De este modo recuperamos el tejido sin necesidad de un injerto externo. En muchos casos el odontólogo decide combinar ambas técnicas.