El té se obtiene de la infusión de las hojas secas de Camellis sinensis y, dependiendo de cómo se manufactura, puede clasificarse en té blanco (a partir de los brotes más tiernos de la planta), té verde (sin fermentar), té azul (parcialmente fermentado), té negro (fermentado) y té rojo  (té verde sometido a un largo proceso de posfermentación).

Los principales compuestos activos del té son los flavonoides, un tipo de polifenoles con propiedades antioxidantes muy potentes que incluye, en el caso del té verde, las catequinas.

El té contiene también sustancias con efectos estimulantes, como la cafeína, la teobromina y la teofilina, vitaminas, minerales, aceites aromáticos y aminoácidos, como la L-teanina, que tiene efecto calmante y relajante del sistema nervioso.

El té es la segunda bebida más consumida en el mundo, sólo superada por el agua.
El té verde mejora la salud cardiovascular, reduce los valores de azúcar en sangre, ejerce un efecto preventivo frente al cáncer, mejora la calidad y la resistencia de los huesos, equilibra el estado de ánimo y ayuda a controlar el peso corporal.

El té verde tiene beneficios sobre la salud bucodental:

    • Puede disminuir la formación de cálculo dental (sarro)
    • Refuerza las encías debido al aporte vitamínico
    • Tiene propiedades antiinflamatorias

Tomar té verde de manera regular y en cantidades moderadas tendrá beneficios sobre la salud bucodental y la salud general, por lo que es un hábito que debería formar parte de una alimentación saludable y equilibrada, salvo que hubiera alguna contraindicación para que así fuera.

Feliz jueves 😉