Los tonsilolitos, o piedras de la amígdala, son unas calcificaciones muy habituales y poco conocidas. Muchas veces se descubre su existencia al acudir a nuestro dentista por un problema de mal aliento, halitosis, concretado en un pequeño objeto sólido que hemos visto a través de un espejo en la zona de las amígdalas.

Estas calcificaciones se forman en las criptas de las amígdalas palatinas, unas pequeñas cavidades situadas en estos tejidos linfoides situados a la entrada de la orofaringe, entre los pilares del velo del paladar. Ocurren de manera más habitual en adultos que en niños y suelen tener un tamaño pequeño, aunque se han llegado a describir casos muy excepcionales de tonsilolitos de hasta 2,5 centrímetros.

¿Y por qué aparecen?

Son restos de alimentos, células muertas, moco nasal (aquellas personas que tienen goteo nasal) y bacterias procedentes de la parte posterior de la lengua. Encuentran un lugar idóneo para acumularse en esa área en donde la higiene y limpieza es muy difícil
Los tonsilolitos no son graves pero sí muy molestos por su olor, producido por las bacterias que se alimentan de los restos alimenticios que se acumulan en esas cavidades de las amígdalas y que acaban formando las calcificaciones. A la vista son unas pequeñas bolitas de color blanco o amarillento. En ocasiones el paciente puede sentir esas piedras en sus amígdalas e incluso expulsarlas cuando tose. También es habitual que la presencia de tonsilolitos esté relacionada con infecciones recurrentes en las amígdalas e incluso de oídos y dificultad para tragar.

En los casos más graves de acumulación de tonsilolitos será necesaria la intervención de un especialista, pero en muchos casos, antes de llegar a la cirugía (exéresis quirúrgica), basta realizar una limpieza específica con enjuagues bucales y la ayuda de un bastoncillo para retirar las piedras.

La extirpación de las amígdalas (amigdalectomía) se realiza solo en casos muy excepcionales puesto que los tonsilolitos aparecen en adultos y este tipo de cirugía a esas edades puede producir complicaciones postoperatorias serias. Las alternativas pueden ser la tunelización amigdalar por radiofrecuencia, el cual se realiza con anestesia local, o también la criptolisis o ablación con láser de las amígdalas.

De cualquier manera, y aunque circulan muchos remedios caseros para retirar los tonsilolitos, es imprescindible la consulta con su especialista médico para diagnosticar el problema y encontrar la mejor solución.