La artritis reumatoide es una enfermedad degenerativa de naturaleza autoinmunitaria que se caracteriza por:

  • Una inflamación crónica de las articulaciones que se muestran doloridas, tumefactas y rígidas.

 

  • Además de dañar las articulaciones y los tejidos que las rodean, la artritis reumatoide puede afectar a la piel, los vasos sanguíneos o determinados órganos, como el corazón, los pulmones, los riñones o los ojos, y causar manifestaciones generales como fiebre, cansancio, inapetencia, pérdida de peso, etc.

 

Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER) sobre la prevalencia y el impacto de las enfermedades reumáticas (estudio EPISER), se estima que en España más de 200.000 personas padecen artritis reumatoide y que cada año se diagnostican en torno a 20.000 casos nuevos.

Desde que Benjamin Rush, en el siglo XVIII, afirmara que la artritis sólo podía tratarse después de extraer todos los dientes permanentes en mal estado, han sido muchos los científicos que han estudiado la relación entre artritis reumatoide y enfermedad periodontal, dos desórdenes inflamatorios crónicos caracterizados por la destrucción de tejidos, la reabsorción ósea y la producción de citocinas proinflamatorias.

 

Es evidente que la prevalencia de enfermedad periodontal es mayor en pacientes con artritis reumatoide, y viceversa.

  • Los estudios demuestran que las semejanzas en la patogenia de ambas enfermedades son notables. Igualmente, evidencian cómo las dos comparten factores de riesgo comunes, como el tabaco, el efecto de la edad sobre el funcionamiento del sistema inmunitario, la exposición a microorganismos, el estrés o el nivel socioeconómico bajo. Y las asociaciones epidemiológicas, serológicas y clínicas entre un proceso y el otro también quedan demostradas con fuerza.

 

  • La bacteria Aggregatibacter actinomycetemcomitans, causante de la periodontitis, podría desencadenar la respuesta autoinmunitaria propia de la artritis reumatoide.

 

  • Algunos odontólogos han especulado sobre la posibilidad de que los pacientes con artritis reumatoide, por culpa de la limitación de movimiento de las manos, realicen una menor higiene bucodental y, en consecuencia, presenten mayor riesgo de enfermedad periodontal. Otros, sabedores de esta relación, recomiendan que los pacientes con artritis reumatoide extremen la vigilancia para detectar a tiempo la aparición de signos que indiquen presencia de enfermedad periodontal (encías enrojecidas, sangrado, etc.), para poder actuar lo antes posible.

 

  • Ensayos clínicos han demostrado que el tratamiento periodontal no quirúrgico reduce la inflamación sistémica y la actividad de la artritis reumatoide.

 

Motivar al paciente para que realice una higiene bucodental adecuada, que incluya el cepillado de los dientes a conciencia como mínimo dos veces al día con un dentífrico fluorado y el uso de colutorios adecuados, y para que tome las medidas necesarias para asegurarse un buen control de su salud periodontal, por ejemplo acudiendo regularmente al especialista, serán dos medidas clave que permitirán mejorar la clínica tanto de la enfermedad periodontal como de la artritis reumatoide.